Andaba en busca de inspiración para mejorar mis sketches y encontré el libro Draw your Day, una obra que promete ser una guía e inspiración para dibujar nuestras experiencias diarias en lugar de llevar un diario escrito. La portada me enganchó, así que lo saqué de la biblioteca y comencé a leerlo con libreta y lápiz en mano.

Al parecer, la autora se hizo muy famosa por su cuenta de Instagram, en donde muestra sus dibujos diarios. Para inspirar a otros, en su obra nos cuenta cómo empezar a hacer sketches, qué materiales usar y nos da ideas sobre qué dibujar, sobre todo para quienes nos enfrentamos con temor al papel en blanco.
Si ya estás involucrado en el mundo del arte y del dibujo, creo que este libro no es para vos. Como yo ya había empezado a explorar esa parte artística, el libro me aportó poco (se comienza desde lo básico, como tipos de papel, lápices y borradores recomendados para hacer sketches), pero creo que puede ser útil para quien tenga curiosidad por comenzar en el sketch journaling.


Las cinco lecciones que aprendí con este libro:
Rescato mucho su mensaje de que todo se puede retratar en un cuaderno, aunque parezca simple o mundano. Sí, la entrada al cine, el sombrero del que atiende en la panadería, la bolsita del té del desayuno... no tenemos que buscar nada extracotidiano para llenar las páginas de nuestra libreta.
Como el libro sugiere que ilustremos detalles como si fuera un diario personal, la idea es que dibujemos para recordar, no para mostrarle a nadie (si no lo queremos) ni para probar si somos buenos dibujando o no. Cada quien decide qué memoria quiere preservar en su cuaderno, pues eso será lo que encontrará años después, cuando revise sus dibujos viejos.
Otra de sus sugerencias es mezclar formas de expresión creativa: poner mensajes con letras bonitas, pegar recortes de revista, agregar calcomanías, mezclar textos escritos con dibujos, etc. Aquí las posibilidades son infinitas y de seguro que harán menos fuerte la presión de tener que ilustrarlo todo.
Quizás no podemos tomar una hora completa para sentarnos a dibujar, pero de seguro que tenemos ratos no productivos que podemos aprovechar, como la fila en el banco, el viaje de regreso a la casa o el tiempo de espera antes de una cita. ¿Te parece poco tiempo igual? Bueno, podrías empezar el dibujo en esos ratos, luego podrías terminarlo en tu casa.
Lo último, y quizás lo más importante, es que el sketching requiere de práctica constante, por eso es tan importante encontrar en lo cotidiano inspiración para seguir y reconocer que no todos los dibujos serán tan bonitos cuando estamos empezando. La frustración de no considerar nuestro trabajo valioso puede hacer que abandonemos la tarea, pero si nos detenemos ahí nunca lograremos mejorar.
¿Resuenan con vos esos consejos? Contame en los comentarios :)


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