Samaná es una finca y centro recreativo que se ubica en Las Nubes de Coronado. A pesar de que tengo 28 años de vivir en el mismo pueblo, fue hasta hace poco que visité el restaurante que se encuentra dentro de esta propiedad.
Aunque podría hablar de las opciones vegetarianas de comida (que están muy interesantes) y de las actividades que se pueden realizar al aire libre, hoy me voy a concentrar en lo que más me llamó la atención: la excesiva cantidad de elementos decorativos.
A pesar de que no es mi estilo favorito, me sorprende la cantidad de adornos que han logrado acumular a lo largo de los años. Todo lo que asociamos con las casas típicas tradicionales se puede encontrar ahí: cuadros, platos pintados, latas de leche antiguas, caballitos de madera, jícaras, teléfonos antiguos, máquinas de coser viejas, fotografías antiguas... lo que se les ocurra que habrían tenido sus bisabuelos, ahí lo tienen en exhibición.
Además, lo antiguo convive con lo moderno, como los cuadros de Holalola que se encuentran en algunas paredes, parte de la mueblería y algunos otros elementos decorativos que viven entre artículos antiquísimos.
Los exteriores no son la excepción: afuera del restaurante podemos encontrar rótulos pintados, juguetes antiguos, vasijas, latas... los colores del patio infantil se mezclan con los de todos los adornos y se oponen al paisaje gris que reina en esta zona.
Además del restaurante, en el este lugar se puede caminar hasta un mirador precioso, hay un río que se puede visitar, hay animales de granja, venta de dulces tradicionales, ¡y hasta hay tres cabinas-bus donde se puede pasar una noche especial!