Los espacios simples me dan mucha paz. Hace como dos años me metí en el minimalismo y desde entonces noté un cambio emocional importante: cuántos más elementos saco de mi casa, más a gusto me siento.
Los dos espacios que más han cambiado desde que empecé con el minimalismo son la cocina y la sala-comedor: la cantidad de “chunches” que ponía en las paredes, en los sillones, en las mesitas... ¡era obvio por qué pasaba horas y horas limpiando y organizando mi casa!
Hace poco hice la última restauración. Estoy satisfecha con el resultado, realmente, aunque reconozco que puedo eliminar aún más cosas.
Te dejo las fotos para que veás cómo era antes la sala:
Así quedó la sala después de la remodelación:
¿Con cuál versión de la sala se quedan ustedes?
Silvia