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SLOW LIVING: MI MANIFIESTO


slow living mi manifiesto para una vida lenta y simple

"Hemos olvidado la espera de las cosas y la manera de gozar del momento cuando llegan. En los restaurantes, son cada vez más los clientes apresurados que pagan la cuenta y piden un taxi cuando aún están tomando el postre" CARL HONORE

Cuando decidí adoptar un estilo de vida más lento y simple me puse a investigar cómo empezar, pero rápidamente me abrumó la información que encontré en internet (qué hay que hacer, cómo hay que vivir, qué hay que consumir...) así que fui creando mi propio estilo, uno que se adapta a mi forma de ser y a mis necesidades.


Con el slow living fueron llegando otras áreas nuevas que exploré gustosamente, como el minimalismo y el anti consumismo; me enamoré del acercamiento francés al bienestar, tomé conciencia de mi impacto en el planeta y deseché vínculos y actividades tóxicas para liberar pesos innecesarios.


Y como me ha ido bien con el experimento, seguí viviendo así. Y no me arrepiento nada.


Estos son mis pilares. Cuando siento que pierdo el rumbo regreso a este manifiesto que me reafirma lo bien que me hace esta manera de vivir y que me recuerda cómo la simpleza me ha ayudado infinitamente a vivir en calma.



 


Alta sensibilidad

Lloro cuando quiero hacerlo y me aparto cuando noto que necesito aislarme para recuperar energías. Disfruto de las cenas en familia con tartas de verdura, vino y postre, pero valoro también un café a solas en la casa o en un restaurante. Soy honesta con mis sentimientos y elijo la calma cuando la necesito para tomar energía. Busco conscientemente actividades y espacios que me hagan sentir a gusto. Me receto todo el tiempo que necesito para sobrellevar una pérdida o un evento triste y aprovecho los momentos de paz al máximo.


Minimalismo

Me opongo a la idea de que tener más cosas nos hace más valiosos como seres humanos. Creo en invertir en artículos útiles y de buena calidad, en comprar experiencias y no cosas. Busco crear espacios organizados y prácticos para aumentar mi productividad y prefiero la paz que dan las habitaciones sencillas.


Moda lenta

Evito perder mi tiempo decidiendo qué ponerme, evito comprar accesorios que aportan poco y roban mucho. Elijo tener un guardarropa inteligente y versátil con piezas de segunda mano y que vayan más allá de la moda. Elijo las paletas de colores simples.


Vida lenta

Mi objetivo cada mañana es vivir sin prisas, disfrutar al máximo de todo lo que la vida me ofrece y avanzar en mis metas lentamente, pero a paso firme. Me opongo al “corre corre” de la sociedad y lucho por concentrarme en lo que, para mí, verdaderamente cuenta: mi bienestar general, el consumo responsable de comestibles, ropa y productos y la práctica de actividades que alimentan el espíritu y el corazón.


Slow travel

Elijo vivir los viajes al máximo, me inclino por el turismo local. Me gusta comprar productos del lugar para apoyar a las empresas pequeñas. Busco participar de las actividades como una local más y me tomo tiempo para saborear la brevedad de un paseo.


Contradicción

Reconozco que no siempre puedo o quiero bajar la velocidad. Acepto que no siempre puedo ni quiero ser constante con mi camino y prefiero vivir una vida imperfecta. Me conformo con ser una mejor versión de Silvia cada día.


¿Seguís un estilo de vida lenta también? Contame en los comentarios.


Con amor,

Silvia


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