Este es uno de los lugares que más ganas tenía de conocer, y, sin embargo, me tomó 36 años visitar este rincón mágico de Costa Rica. En mi pequeña guía de viajes sobre Santa Teresa mencioné que visité Malpaís durante esas vacaciones, así que hoy me dedicaré a contarles un poco sobre este increíble destino.
1. Lo que más me gustó
No te miento cuando te digo que esta playa estaba sola. En serio. Con excepción de un par de personas del lugar que estaban muy lejos, no había ningún turista, más que nosotros. Es perfecto para encontrarnos con la soledad, para leer, para meditar, para mirar el mar en total silencio.
A pesar de ser un lugar turístico, me sigue pareciendo el típico pueblito costarricense en el que todos los vecinos se conocen. De hecho, en comparación con Santa Teresa, en esta playa no había mucho movimiento nocturno... bueno, no había mucho movimiento, en general. Cuando regresamos a nuestro hotel en Santa Teresa, después de haber visitado este lugar, un poco nos arrepentimos de haber tenido que reservar ahí, porque preferimos los lugares tranquilos.
2. Lo que hay que tomar en cuenta
Para llegar hasta allá hay que cruzar en Ferry, así que hay que comprar los tiquetes con tiempo para asegurarse el espacio (o llegar muy temprano a comprarlos en el lugar).
Las calles no están en muy buen estado y se dificulta mucho desplazarse a distintos lugares en automóvil. Caminar también es un problema porque no hay aceras, aunque hay pocos carros transitando, así que no es tan peligroso.
Cuando buscamos hoteles en la zona, no encontramos nada en Malpaís, así que decidimos reservar en Santa Teresa. O es muy concurrido (aunque no lo parece) o hay pocos hoteles en la zona, entonces es necesario reservar con anticipación.
Como ya lo mencioné en mi otro post, las orillas de las playas de esta región están llenas de piedras y hacen un poco dolorosa la experiencia de meterse al mar. Es mejor plan quedarse sentado en la arena con un buen libro y una bebida.
3. Estadía
Nosotros no nos quedamos en Malpaís, sino en Santa Teresa. Reservamos en Maoritzio Garden Studios porque queríamos tener un cuarto con cocina. Si querés leer un poquito sobre nuestra no tan buena experiencia ahí, te invito a leer este post.
4. Alimentación
A diferencia de Santa Teresa, apenas encontramos unos cuántos restaurantes en la zona. Nos llamó la atención un restaurante pintado totalmente de negro y decidimos desayunar ahí. Se llama La Esquinita y es... ¡una preciosura!
Tienen libros y productos artesanales a la venta, la comida es exquisita, el ambiente es muy acogedor y las dueñas son muy amables y conversadoras. Si no volvimos después fue porque ya no nos dio tiempo de regresar, pero habríamos desayunado ahí todos los días si nos hubiera quedado cerca del apartamento.
5. ¿Qué hacer?
En Malpaís no hay tantas atracciones, si se compara con otras playas de nuestro país. Se puede surfear y pescar, también está la opción de salir con amigos a unos de los bares o restaurantes que permanecen abiertos hasta la noche.
A juzgar por lo que vi, es muy tranquilo este lugar. No hay tantas actividades que hacer, aunque no hace falta porque es una playa preciosa. Realmente es perfecto para las personas que solo quieren disfrutar de la naturaleza en un ambiente muy tranquilo.
Además, ahí mismo hay varias playas pequeñas que se pueden visitar en un mismo día. Están como escondidas y son un encanto. Mi favorita es Playa Azul. Sólo vean las fotos de esta sección, arriba. Sí, es preciosa.
6. Vlog
Si querés ver con tus propios ojitos lo bello que es este lugar, te invito a ver este video: